La Iglesia y su campanal mudéjar, la Plaza del Planillo, La Ermita de la Virgen del Pueyo o la Hospedería de La Duquesa de Hijar son muestras de ese rico patrimonio material, tangible, que atesora Villamayor. Además de este patrimonio, hay otro no menos importante que merece la pena conocer y valorar. Se trata del denominado patrimonio inmaterial, no menos importante y como el patrimonio  material, forma parte de nuestras señas de identidad. 

Una muestra de ese patrimonio inmaterial, son los nombres de nuestras calles, de nuestras plazas y de nuestro caminos. En su estudio, en su inventario y en su catalogación anda metida nuestra asociaación en colaboración con el Ayuntamiento de Villamayor, que es quien tiene la responsabilidad de su custodia y conservación, así como la de asignar nombres a los nuevos viarios.

Los nombres de las calles, además de su importante función para localizar las viviendas o los establecimientos de la localidad, atesoran informaciones y secretos dignos de ser puestos en conocimiento de sus vecinos, pues muchos de esos nombres van ligados a la historia local, a la vida cotidiana de sus habitantes y son testigos callados del devenir del tiempo. La calle Macelo, por ser en la que estuvo el matadero municipal, o la calle Aljecería por ser la que albergó un molino de Yeso, o la del Molino, porque en ella estuvo el viejo Molino de aceite o la reciente Calle  Maestro Valle, que honra a un  ilustre personaje, Bernardino Valle Chinestra, nacido en Villamayor.

Una vez más Aljez, trabaja por la preservación del patrimonio cultural de nuestro pueblo y agradece la confianza puesta en su actual ayuntamiento para llevar a cabo esta labor.